14 septiembre 2006

Corazones en la arena

Esta mañana andaba por la orilla del mar llorando las penas de un desamor, cuando en la arena he visto dibujado un gran corazón. Al verlo me ha parecido que estaba roto por la mitad y he pensado que qué oportuno. He seguido caminando por la orilla y un poco más allá había otro, éste totalmente entero; parecía que palpitaba. Más allá había otro, y luego otro. Y finalmente otro con dos iniciales, una a cada lado de cada ventrículo: G F. Tal vez unos amantes muy románticos y muy madrugadores necesitaban expresarle al cielo y al mundo su amor explosivo. No sé. Mis penas han seguido llorándose y confundiéndose con la espuma blanca que se me colaba entre los dedos de los pies. En el fondo, me sentía muy tranquila.

Barcelona, 26 de agosto de 2006.