13 julio 2008

Bronca dominical

El cuerpo del delito yace, aún, espachurrado contra el asfalto.
A las 8:30 de la mañana empezaron los gritos, los golpes, los portazos. Duró un rato. Luego se calmaron. La tregua fue corta. Siguió la bronca.
Los vecinos empezamos a asomarnos a las ventanas, una inquietud nos despertó en un domingo de verano. Los madrugadores miraban hacia arriba, al balcón del tercero. Las ventanas abiertas alimentan el morbo.
Poco a poco nos habituamos a los insultos; todas las parejas discuten.
De repente se oyó un estrépito.
Se estrelló. La lámpara de diseño ya no dará luz.
El barrendero, agarrado a la escoba y con el alma en vilo, se alejó despotricando: “Un día de estos me van a matar”.

Barcelona, 13 de julio de 2008.

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